martes, 29 de junio de 2021

JOHANN SEBASTIAN BACH, TOCATA Y FUGA EN D MINOR, BWV 565 Y UNA POESÍA DE HERMANN HESSE: El sentimiento de criatura y lo numinoso.

Recuerdo que oí por primera vez la obra para órgano Tocata y fuga de Bach (BWV 565) en la Basílica de Santa María del Pi de Barcelona, hace ya unos cuarenta y ocho años (tenia 13 años). Aun recuerdo la fuerte impresión que causó en mi aquella interpretación en un entorno como es el característico de una iglesia gótica, una impresión, sino conmoción, que se alargó hasta unos días después de haberla escuchado. Era una de las primeras veces que tenía la impresión de haber estado ante una presencia que estaba más allá de lo físico y que, aun sin palabras, sentía como algo inabarcable. Más tarde comprendí que aquellas impresiones que tuve se correspondían, en cierta medida, con el sentimiento de numinosidad que desarrollo en sus estudios del teólogo alemán Rudolf Otto, de quien tuve posterior conocimiento a través de la obra de C. G. Jung, quien le dio una perspectiva psicológica en la relación del yo con el inconsciente. Desde aquellos días es una obra que he escuchado en repetidas ocasiones, y aunque no como aquella primera vez, siempre me impresiona profundamente el escucharla.


I. EL SENTIMIENTO DE CRIATURA.

La concepción de Rudolf Otto de "Lo Santo" va más allá de lo bueno, dice que es más, que es lo numinoso, un complejo sentimiento que describiremos a partir de esa obra fundamental de Bach. Como dice el teólogo alemán, quizá una buena manera de comprender lo numinoso empieza por comprender uno de sus efectos sobre el ser humano que lo experimenta, un sentimiento concomitante que llamó sentimiento de criatura, un sentimiento de anonadamiento y empequeñecimiento ante algo que se percibe como lo más grande, majestuoso y prepotente, y que como tal es percibido con espanto. Dice al respecto Rudolf Otto que dicho sentimiento "surge al contraste de esa potencia superior como sentimiento de la propia sumersión, del anonadamiento, del ser tierra, ceniza, nada, y que constituye, por así decir, la materia prima numinosa para el sentimiento de la humildad religiosa" [1]. Ese anonadamiento, ese sentimiento de aplastamiento ante lo inmenso es lo que algunos experimentamos escuchando esta obra de Bach.

La tocata y Fuga BWV 565 se divide en tres secciones. Me detendré especialmente en la primera sección, que acompañaré de un video con su análisis musical para quien le interese, y que constituye el fundamento de la obra. A los que prefiráis escucharla de entrada os dejo al pie del comentario un video con una magnífica interpretación de la obra por parte del organista Hans-André Stamm, 

II. MYSTERIUM TREMENDUM: LA PRIMERA SECCIÓN DE LA TOCATA Y FUGA.

La primera sección, con la que se abre la obra, y que es su base y fundamento, nos permite identificar perfectamente una de las cualidades que Rudolf Otto destacó de ese sentimiento: lo tremendum, sentimiento que hay que entender como el temor que siente el ser humano hacia la presencia de lo desconocido, de lo que trasciende la realidad material de la existencia. Esta primera sección de la obra está dividida en dos subsecciones que nos permitirán, con cada una de ellas, establecer los tres cualidades esenciales que caracterizan este tremendum: la maiestas tremenda (o prepotencia), el estremecimiento y la energía.

La primera subsección, a su vez, la podemos dividir en dos partes. La primera de ellas (ver video 1 desde el inicio hasta el 1'10"), y sin lugar a dudas, nos presenta el surgimiento aplastante de la maiestas tremenda (majestad tremenda). Efectivamente, el inicio de la obra caracteriza esta maiestas como una presencia de la grandeza tremenda, prepotencia absoluta que se corresponde con la relación antinómica generada en el ser humano de aquello que antes se ha definido como sentimiento de criatura. El órgano nos ofrece en esa entrada todo su potencial para sugerir lo trascendente, lo divino (y lo demoníaco, como también precisaría Otto) como una manifestación que parece descender desde una dimensión espiritual a lo humano con toda su grandeza y energía desbordante.

La segunda parte (ver video 1 desde el 1'10" hasta el 1'49"), nos explica que esa aparición inicial de la grandeza tremenda en la obra de Bach vaya de la mano del estremecimiento, estremecimiento que se produce por la impresión que nos dan las notas graves, se diría que provenientes de profundidades abismales, que Bach utiliza. Estremecimiento que se produce al estar ante una verdadera presencia de algo grande que está más allá de lo natural, y que se manifiesta de manera aplastante: 

Estremecerse no es un temor natural, sólito, ordinario, sino ya un primer sobresalto y barrunto de lo misterioso, aun cuando en su forma más tosca de inquietante y siniestro; es una primera valoración, según una categoría que no reside ni se refiera a objetos naturales, y que sólo es posible para aquel en quien se ha despertado una peculiar predisposición de ánimo, distinta de la natural, que al principio se manifiesta en forma brusca y grosera, y sin embargo, ya revela una nueva función o manera especial de sentir y valorar del espíritu humano. [2]

En esa primera sección se aprecia en toda su intensidad esta relación entre la presencia de lo numinoso y el estremecimiento propio del sentimiento de criatura (ver en video desde el inicio has el 1'49").

1ra sección de la tocata y fuga BWV565 de Bach

La segunda subsección (ver video 1 desde el 1'49 al final)nos presenta la tercera cualidad de lo tremendum, que es la energía, a la que hay que entender como la energía con la que se presenta lo numinoso que se impone de manera desbordante y avasalladora. Es la energía creadora y destructora a la vez. Nos los podemos imaginar como la energía explosiva, y todo lo que de ella se deriva a partir de ese momento inicial con el que se inicia el Universo, el Big Bang del comienzo hasta nuestros días. En esta parte, Bach logra este efecto por la alternancia de los progresivos melódicos ascendentes y los descendentes, así como por las rápidas repeticiones y los graves que le siguen hasta la cadencia final. Al respecto de la energía dice Otto al respecto: 

Esta energía del numen se percibe con gran intensidad en la orgé o cólera, y evoca expresiones simbólicas, tales como la vida, la pasión, esencia efectiva, voluntad, fuerza, movimiento, agitación, actividad, impulso. Estos rasgos o caracteres con que se presenta, se repiten sin desfiguración esencial, desde los grados inferiores de lo demoníaco hasta la representación del dios viviente. [3]

Dado el contexto musical en el que realizo este comentario, y en relación a la concomitancia de sentimientos entre lo numinoso y el sentimiento de criatura de la que habla Rudolf Otto, me gustaría ofrecer un ejemplo también concomitante en el orden de lo musical. Consciente de la subjetividad de mi elección, no obstante, me parece una pieza que transmíte esa sensación de empequeñecimiento y fragilidad, de anonadamiento que caracteriza el sentimiento de criatura. Me refiero a la maravillosa pieza del adagio in D menor, correspondiente al concierto para oboe y cuerdas del compositor del barroco italiano Marcello Alessandro. El motivo de mi elección viene dado también porque fue Bach quien la popularizo con su famosa adaptación para oboe y clave. Una obra barroca que, no obstante, se diría de características esencialmente románticas que, en su delicadeza y fragilidad, es una excelente contraposición de la inmensa y grandiosa tocata y fuga de Bach. Por mi parte os dejo una adaptación para violín y piano que es de mi especial agrado, e interpretada por el gran violinista ruso Viktor Tretyakov:

Adagio en D menor de Marcello Alessandro

Hay que indicar que esta primera sección de la obra incluye también las otras dos características del sentimiento de lo numinoso: el misterio y el fascinans. 

El misterio a través de la sensación de estar ante una presencia desconocida e imponente que nuestra condición humana no puede abarcar. Presencia inalcanzable e incomprensible que se escapa a nuestras nociones humanas que tratan de comprender lo que está más allá de ellas. Misterio que se presiente también por sus paradojas y antinomias que en la obra las podemos sentir entre la rotundidad de su inicio, que nos introduce en la maiestas tremenda (primera parte de la subsección 1), y la gravedad del arpegio y la cadencia con la que finaliza (segunda parte de la subsección 1) que nos lleva al estremecimiento. 

El fascinans, tiene que ver con la sensación de atracción y retracción que lo numinoso ejerce sobre el oyente, como la música que oímos nos capta, nos embarga y nos envuelve con su grandiosidad, al mismo tiempo que nos queremos alejar de ella. Como con el vértigo, el abismo nos atrae y nos repulsa. Pero con esa pieza de Bach, continuamos allí, "fascinados" por su presencia. Como dice Otto acerca de la fascinación: "Ambos elementos, atrayente y retrayente, vienen a formar en sí una extraña armonía de contraste" [4]. 

Hermann Hesse escribió una poesía a esta obra de Bach, a la que tituló Zu Heiner Tocata von Bach (Por una Tocatta de Bach), en la que su primera estrofa resume, con la fuerza también de la palabra poética, el sentido de esta primera sección:

                                Silencios primigenios, congelados ... oscuridad soberana ...

                                He aquí, un resplandor irrumpe entre las grietas de las nubes rotas;

                                abismos de las garras ciegas del no ser,

                                erige espacios, escruta el resplandor de la noche,

                                picos revela y crestas, acantilados y profundidades,

                                aires azules iridiscentes, sólida hace la tierra. [5]



III. SEGUNDA Y TERCERA SECCIÓN SECCIÓN DE LA TOCATA Y FUGA: LA ENERGÍA. LA FUERZA CREATIVA. CREACIÓN Y DESTRUCCIÓN.

La segunda sección de la obra es una continuación de la energía creativa con la que acaba la la segunda subsección de la primera. La rapidez de la melodía, la rapidez de la alternancia de las melodías ascendentes y descendentes, de los agudos y los graves hace casi inevitable reflexionar en "los tres primeros minutos del Universo" (por seguir el título de un libro ya clásico del físico y premio Nobel Steven Weinberg). Una sucesión de creaciones y destrucciones que, a su vez daban nuevas creaciones, dando inicio al proceso de la creación que ha llegado hasta nuestros días. Hesse lo recoge en la segunda estrofa de su poema:

                                                El creador, por acción y guerra, radiante,

                                                corta el grueso bulto germinado:

                                                el mundo en llamas brilla asombrado,

                                                se transfigura, donde la semilla cae en llamas,

                                                se pone espléndido y canta gloria

                                                a la vida y la victoria a la luz creadora.



La tercera sección
de la obra, que toma como base un retorno a la tonalidad principal, se divide en dos subsecciones que parecen desarrollar desde la misma energía e intensidad aquel misterioso punto infinitesimal que dio lugar a la singularidad del Big Bang hasta el universo de hoy en día, destacando el surgimiento de dos singularidades: la vida y la consciencia. Hesse lo recoge en la tercera estrofa de su poema:


                                        Y de nuevo, se apresura, de regreso al ser supremo,

                                        y en el ímpetu de cada criatura extrema urge

                                        al gran impulso, al Espíritu Patriarca.

                                        Y se convierte en lenguaje, imagen y canto, alegría y dolor;

                                        a un templo de la victoria, mundo sobre arcos del mundo;

                                        es impulso, es lucha y alegría, es conciencia, es amor.




Es evidente que nos hallamos ante una de las obras cumbre de la música que sólo la genialidad de Johann Sebastian Bach podía componer.

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VIDEO DE LA INTERPRETACIÓN DE LA OBRA COMPLETA.


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[1] Otto, Rudolf. Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Alianza editorial bolsillo, pág. 31
[2] Ver nota 1, pág. 26
[3] Ver nota 1, pág. 36
[4] Ver nota 1, pág. 51
[5] Traducido de la versión italiana realizada por Lucio Pescarolo (pulsar aquí para enlace)